Exámenes


I feel at times as though I am living a scholar's nightmare — you know the one,  where you are back in graduate school and have just realized that your oral examination is next week but you have not studied at all.
(Amy Leal, Little Boy Lost, The Chronicle of Higher Education, Oct. 2, 2011)
 
 
Cosas que hice cuando estaba vivo.
 
Cuando estaba vivo tenía un sueño recurrente.  Hay sueños típicos que al parecer son conocidos por la mayoría de las personas: soñar con ser perseguido, o con volar, o con la sensación de caída brusca, o soñar que se está desnudo en un sitio público. Mi sueño era otro, y pensaba que era sólo una peculiaridad mía sin explicación, pero con el tiempo, he descubierto que se trata de un sueño bastante frecuente. Puede que alguien que lea esto lo reconozca. El sueño, con ligeras variantes, suele discurrir así:
 
Soy estudiante, universitario, es primavera. Descubro que falta poco para un examen decisivo del que depende mi continuidad en la universidad. Pero no he asistido a las clases en todo el curso, no he estudiado nada, no tengo preparado el examen en absoluto. En medio de un intenso terror calculo si aun me queda tiempo para prepararlo. Pido ayuda a otros compañeros de estudios para que me dejen apuntes o notas, y ellos me reprochan mi dejadez, lo que aumenta mi sensación de culpabilidad. Además suele haber algún otro problema: un trabajo accesorio o práctica que debía haber realizado a lo largo del curso, pero no lo he hecho.
 
En el momento de mayor angustia me despierto. Durante un par de segundos el recuerdo del sueño se mantiene y el terror sigue vivo. Luego vuelvo a la realidad, y descubro, con una mezcla de sorpresa e intenso alivio, que hace años que terminé mis estudios y me gradué. Conseguí un empleo, estuve trabajando un montón de años y ahora estoy jubilado. Hace años que estoy jubilado. Caigo en la cuenta de mi edad y ahora una nueva clase de terror se apodera de mí, cuando recuerdo que dentro de no mucho ese sueño recurrente dejará de tener importancia porque lo habré olvidado todo. Ayer me diagnosticaron una enfermedad neurológica degenerativa que se llevará por delante no sólo mis recuerdos, sino también mi vida.
 
En el momento de mayor angustia me despierto. Durante un par de segundos el recuerdo del sueño se mantiene y el terror sigue vivo. Luego vuelvo a la realidad, y descubro, con una mezcla de sorpresa e intenso alivio, que estoy muerto, llevo varios años muerto. Mejor estar muerto que el miedo a fracasar en un examen o a perder la memoria. Para celebrarlo decido escribir un blog. ¿Me permitirá Blogger dar de alta un usuario en mi estado? Vamos a verlo. Resulta que sí, al crear la cuenta de Blogger me preguntan muchas cosas, pero no si estoy vivo. ¿Cómo se les ha podido pasar por alto?