Kalashnikov



I love rhymin, it's more than a job it's a passion
More than plaques, advances or sponsored fashion
It's a culture, not to be toyed with so the boy spit
rhymes that make your mind go 'Eww' like the smell of boiled shit
 
Cosas que hice cuando estaba vivo.
 
Solía ir a sitios raros. Hay algunas cosas a tener en cuenta cuando se viaja. Cuando se viaja en serio. Quiero decir, no una semana en Praga o en París, sino un mes en un lugar algo más lejano, uno de esos en que la escritura es irreconocible, el régimen político es dudoso y las costumbre locales diferentes. Estoy usando eufemismos.
 
Por allí las autoridades tiene siempre un resentimiento global hacia la gente del primer mundo. Hay que ser especialmente cuidadosos. Algunas reglas básicas.
 
No te rías nunca en presencia de alguien de uniforme. Pensará —aunque no sea así— que te estás riendo de él, y las consecuencias pueden ser terribles. Como desconoces la cultura local, nunca sabrás si esa persona de uniforme es un militar, un policía, un guerrillero, o el portero del hotel. Ponte en el caso peor. Por allí no sólo no hay libro de reclamaciones, sino que te puedes encontrar esposado en una comisaría sin siquiera saber qué has hecho mal. Moraleja: Sonríe, pero no te rías.
 
Yo, por si acaso, cuando veo a uno de uniforme, me dirijo a él llamándole "officer", "commandant", "sir" etc. Y según las latitudes, sus equivalentes en francés. En todas partes chapurrean inglés o francés. No intentes usar el idioma local aunque creas conocer lo básico. Un error en ese terreno puede ser mortal.
 
En cierta ocasión, pasábamos a pie una frontera. Una larga cola, funcionarios lentos, calor infernal, turistas medio deshidratados. Cuando llegó mi turno hubo una pausa. Hora de comer, me explicó por señas el guardia del puesto de control. No dije nada. Sólo comentarios breves en francés. Sonriendo siempre. El muchacho llevaba un AK-47, y con el seguro quitado. Podía distinguirlo claramente. Cosas que se aprenden viajando.
                                       
—Mucho trabajo ¿eh? Cuánto turismo— las manos siempre a la  vista. —¿Quiere un cigarrillo, oficial?— Hay que hacerse de menos, nunca ostentación. —Le advierto que el tabaco en mi pais es muy malo. ¿Que soy rico? Qué va. He tenido que ahorrar todo el año para poder visitar su precioso pais— El chico del AK-47 se fuma su Fortuna y al menos saca el dedo del gatillo. —Ah ¿ya podemos pasar? Muchas gracias comandante. Que tenga un buen día.
 
Detrás nuestro vienen las dos parejas que nos han estado dando el coñazo todo el viaje. Quejándose por todo y haciendo continuas comparaciones de todo lo que veían con su pueblo natal. Seguramente dos parejas de recién casados que no han ido más allá de Ibiza. Y a uno de ellos —gracioso de profesión— se le ocurre hacer un comentario sobre el guardia fronterizo. Los demás se parten de risa. Otra recomendación: En un pais extranjero nunca des por supuesto que no entienden lo que dices. En efecto, el guardia no entiende, pero identifica sin dudarlo el tono y el carácter del comentario. Les indica con un gesto que se aparten de la fila. Coge los pasaportes de los cuatro y desaparece. Me miran con gesto de desesperación. Yo estoy ya al otro lado del control. Y no conocen más idioma que el suyo materno. Experimento un culpable sentimiento de venganza. Les hago un gesto de "tranquilos".
 
Me cruzo con el guardia fronterizo (Por dios, apunta para otro lado con el puto fusil). Le comento como de pasada —¿Qué pasa, tienen algún problema?— Me mira y sonríe.
 
—Les voy a tener una hora esperando.
—Reténgalos dos horas, no tenemos prisa.

2 comentarios:

  1. En esos casos, siempre se está al albur del humor o la ideología personal del funcionario de turno, estés donde estés. No hace tanto, en el civilizado Gatwick de la Rubia Albión, me 'separaron' de mis dos acompañantes a los que me tocó esperar unos 45 minutos. Se supone que por mi aspecto más 'nordico' y menos 'sospechoso'.

    Eso sí, a los quejicas, que les den! porque son un coñazo allá donde van. Me joden especialmente los que intentan comer tortilla de patatas ( y encima buena) en Turquía, por poner un ejemplo.

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    1. Esas anécdotas viajeras son a veces lo que más se recuerda.

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